Me quedé dormido hilvanando constelaciones desde su monte de venus
hasta su talón de Aquiles. Todo el universo expandido en el blanco de
mis sábanas. Me quedé dormido conociendo todos los secretos de la vía
láctea, riéndome de Copérnico, de Einstein y Hawking. Pensando en la
pobre Laika. En la soledad de los astrónomos en el desierto de Atacama
abrazados a sus telescopios gigantes y en todo lo que yo he descubierto
esta noche sobre el infinito con las gafas por el suelo y seis dioptrías
en cada ojo.
Tengo mucho cuento
Relatos Breves y Microrrelatos
lunes, 14 de enero de 2019
martes, 27 de marzo de 2018
EXAGERAS
Exageras, terminé por decir.
Llevamos más de un año encerrados en esta historia sin que logremos
de una vez por todas salir de ella, eso es cierto. Ya nos ha pasado
otras veces, recuerda, y al final, siempre conseguimos pasar la
página y avanzar de nuevo juntos. Ya no queda tanto para nuestro
primer beso y si tenemos suerte, como la última vez, cerrarán el
libro justo antes de decirte que te quiero y entonces merecerá la
pena esperar suspendidos de las letras hasta que nos quieran seguir
leyendo.
sábado, 29 de julio de 2017
LA CASA DEL CRUCE
La puerta del
camposanto gimió como
becerro recién parido, la última
vez que se abrió fue hace
tres años cuando vinieron
a enterrar a Juana. Estuvieron dos horas antes de encontrarle un
sitio bajo los brezos, algunos dudaban de que fuera el cementerio
aquella tierra llena de malas hierbas y sin muertos aparentes. Y es
que aquí nadie viene a visitar a los suyos, los entierran como si
fueran de otros. Por eso, los muertos en este pueblo están
más muertos que cualquier
otro difunto, porque pasan al olvido antes de morirse. Yo ni siquiera
les dije que Juana no era de por aquí,
que era de por allí
arriba, de detrás del
cerro pero que se había
ido a vivir a la casa del cruce porque la señora
Faustina nunca volvió de
las eras y era un desperdicio abandonar una casa sin goteras. Tampoco
les dije que era Juana a la que enterraban, allá
ellos si ni siquiera conocían
ya a su propia madre o a su pariente, quién sabe. Por no decir, no
dije que no estaba muerta. Los inviernos son recios por aquí y ya no
tengo edad para andar cambiando tejas.
Relato finalista en el VI Concurso de Microrrelatos "El Roblón". http://asociacionfelixdemartino.blogspot.com.es/p/vi-concurso-relatos-el-roblon.html
jueves, 4 de mayo de 2017
NOBEL DE ASTRONOMÍA
Científicos americanos afirman que el universo podría plegarse como
un pañuelito de papel. Y
así, dobladito como un kleenex terminaría con la linealidad del
tiempo. Este sí que es
un gran invento americano. Por ejemplo, en este universo plegable
como esos chismes que podemos llevar a todas partes, ahora, en vez de
estar frente a tu casa vacía, bajo tus ventanas cerradas, yo
recogería las esquinitas de ese universo y te traería desde aquel
entonces. Y en el tiempo que tardo en hacer una mariquita de papel tú
ya estarías tirándome besos, despeinada por tanto pliegue, desde
las ventanas. Y yo podría llamar otra vez a tu puerta. Hay que dar
el premio nobel a estos científicos americanos que tanto saben de
astronomía. O de amor.
domingo, 16 de abril de 2017
LA RENDICIÓN
Una
ristra de ropa blanca se agita y zarandea a sesenta kilómetros por
hora bajo los caprichos del Mistral. Calzoncillos, calcetines,
toallas y sábanas hablan
de la rendición de los vecinos del cuarto. Eso le podía haber
pasado a cualquiera, un mal encuentro, una mala decisión, la simple
inercia. Eso lo veo claro yo desde la mesa de mi cocina, por el momento las cuerdas
vacías de colada resignada. Eso lo ven claro ellos, los brazos
caídos, mustios los pies que arrastran sin dejar espacio ni para la
sombra ni para la huella. Yo los cruzo a menudo, rendidos y
relimpios, agitados y zarandeados bajo los caprichos del Mistral.
domingo, 9 de abril de 2017
ASTENIA PRIMAVERAL
La
primavera desbordaba por las ventanas antes incluso de que el
despertador anunciara el comienzo de un nuevo día.
Agustín, incapaz de
levantarse, hiperventilaba para sobrellevar los trinos que llegaban
desde el patio. La primavera desbordaba por los tejidos sintéticos
de las faldas de su mujer y por los granitos apocalípticos de
Martita, su hija menor. Ciruelilla, su fox terrier era la primavera
hecha perro y de las macetas llenas de tierra estéril empezaban a
surgir plántulas sin nombre ni futuro. Agustín ya no podía más
de la traslación de este maldito planeta, todos los años
perdía determinación en abril y se quedaba sin fuerzas. Sin ganas.
Y ya se veía otro año
más a girar alrededor del sol con su amante encima y también con el
amante de su mujer, con la duda de si su hija era de su amigo Tomás
o de su cuñado Pedro y
sin cambiar de una vez por todas el fox terrier por un siamés o por
una pareja de canarios.
Ilustracion de la princesa ilustradora (blogger).
miércoles, 15 de febrero de 2017
Y LUPITA QUIERE.
Debo decidir. Eso es lo que espera de mí ese punto de interrogación
que me apunta como un Thompson con el cargador lleno en un callejón sin
salida. Al otro lado del cañón, Lupita con los labios abiertos aún
calientes. Me mira con aire de gánster. Espera que decida. Y si fuera
por mi, yo sembraría sin falta mañana el maíz, las noches han empezado a
templar y el viento trae buenas noticias. Eso es lo que yo decidiría,
Lupita. Pero ella espera saber si saltamos al rio y pasamos y si es buen
momento para cruzar fronteras.
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