“Colocado
en un tránsito histórico,
pagaré con mi vida la lealtad al pueblo”
Salvador
Allende
Quién le
iba a decir a ese jersecito de rombos banal, a ese jersey de rombitos
concebido para hipnotizar de aburrimiento, que cuando era un ovillo
se imaginó, como todos nos imaginamos una vida cuando aun somos un
proyecto de hombre banal, sentado al calorcito dando forma a un
corpachón sin afición al riesgo y a las intemperies; él,
que pensó en una vejez llena de pelotillas, retiradas con mimo por
uno de esos rulos adhesivos inútiles haciéndole cosquillas y siendo
la fuente donde van a comer polillas y polillas hasta trascender su
propia existencia; ese jersey, que en su
juventud se pensó pullover, pull, suéter y cárdigan,
y que nunca tuvo aspiraciones de armadura;
quién le iba a decir a él que saldría en
todos los telediarios, que viviría en sus lanas un golpe de estado,
que se llenaría de agujeros de bala, como si fuera un bandido y que
pasaría a la historia de los jerséis y de
los hombres como un héroe nacional.
María
Fraile
Me encanta tu estilo Maria. Me cautivaste con la sopa de tu abuela. De ahi en mas cada vez que veo algo tuyo lo leo.Siempre impecable.
ResponderEliminarEs que la sopa de mi abuela, es mucha sopa Maria Marta y eso que la mía es tan solo una versión de la original! :))...Muchas gracias por dejarme tus lindas palabras y por visitar este espacio que sin vuestras lecturas, no vive. Abrazos.
EliminarMe encanta tu estilo Maria. Me cautivaste con la sopa de tu abuela. De ahi en mas cada vez que veo algo tuyo lo leo.Siempre impecable.
ResponderEliminarY a mí. Casi que acabo de conocer, textualmente hablando : ), y ya eres una referencia para mí. Son geniales tus textos.
ResponderEliminarBienvenida, Luz! Y gracias! Qué sería de estas amalgamas de palabras sin que vuestras lecturas las convirtieran en historias....Un abrazo desde Marsella!
EliminarSi Carlo Collodi me hizo creer que su muñeco de madera estaba vivo; ¿por qué no creerlo del jersecito de rombos de María fraile?.
ResponderEliminarComo ves, acabo de colocarte en la estantería que reservo para los grandes escritores.
Un saludo rumbo a Marsella.