viernes, 19 de diciembre de 2014

REVERSO

  

   Al regresar del colegio, la puerta de la habitación se cierra tras la niña hasta la hora de la cena.
En esas cuatro horas la habitación está vacía. La niña sueña. A veces es una princesa o una aventurera, otras una sirena, una heroína.
Un día al cabo de cuatro horas la puerta se abre, la habitación está ocupada. Es la niña la que está vacía.

María Fraile

jueves, 18 de diciembre de 2014

ECOSISTEMAS

  Era la tercera Humanidad que pasaba por esa Tierra, y a pesar de creerse única no era tan diferente de las otras dos.
Los individuos nacían y morían. Unos amaban, los mismos odiaban. Se hacían promesas. Tenían propósitos y propiedades. Y mártires y mesías y genios y también monstruos.
Pero a diferencia de las dos primeras, estos hombres no habían tenido suerte; esta vez el azar se puso del lado del mundo y el meteorito falló la órbita y así los dinosaurios.
Y parece que no, pero todo lo cambia el poder tener la duda de si es la hora de comer o el momento de ser comido.

María Fraile

 

martes, 16 de diciembre de 2014

LA ABLUCIÓN

   El fiel rezó tanto para que el agua le librara de todos sus pecados que las oraciones, cayendo gota a gota sobre el impío, deshicieron al hombre en el aljibe como un terrón de azúcar.

 Maria Fraile


domingo, 14 de diciembre de 2014

UNA DE VAQUEROS

   

    En el pueblo nunca se había vivido una agitación parecida. Los americanos venían a rodar una película del oeste y los trescientos y pico habitantes habían sido contratados para hacer de figurantes. No se habían librado ni las viejas de la plaza a las que querían poner ponchos y sombreros, decían, y así sentarlas en el suelo esparcidas por las esquinas. Fue un escándalo.
El alcalde y el juez se disputaban la placa de sheriff y para ésto el magistrado cedía a su madre si se necesitaba algún ahorcado y el alcalde a la suya para hacer de cactus. El médico y el cura, profesionales de vocación, se agarrarían a las caderas de las fulanas del saloon. Viejas rencillas salían a la luz y se creaban de forma espontánea grupos de justos y de bandidos que, al cruzarse por las callejas, se escupían a las botas con desdén y arrogancia. Ya nadie llevaba alpargatas y ningún hombre se afeitaba. Diestros jinetes pedían agua para sus mulas a la puerta del bar y a Anselmo se le acabó la botella de whisky en una hora de rondas y apuestas entre los jugadores de dominó.
La panadera decía que la peluquería haría un burdel perfecto.
La peluquera afirmaba que si hacían falta ladrones, el farmacéutico se sabía el papel de memoria.
De pronto el silencio y su eco se hacen con las calles, un remolino de aire levanta una vieja bolsa de plástico que rueda de lado a lado de la carretera. Dos hombres se retan con la mirada como auténticos forajidos, los tiros que se cruzan también son verdaderos.
El pueblo sale en las noticias de las tres, todo él protagonista y sus habitantes quitándose la palabra unos a otros afirman que los dos tipos se conocían de toda la vida y que parecían vecinos normales.

María Fraile

viernes, 12 de diciembre de 2014

EL ÁNGEL CAIDO

   Al nacer la hija, el hombre se felicitó contando los deditos de los pies y de las manos, miniaturas tan perfectas.
La bella abrió los ojos y creó al padre. Dio sus primeros pasos . Balbuceó sus primeras palabras. Y un día, de la piel intacta de su espalda brotaron a borbotones plumas y plumas formando dos alas.
El hombre lleno de ira, seguro del engaño, puso a la niña en el suelo y humillado creó la niebla dejando a la hija sin padre y sin rumbo. La gente que lo veía pasar, cabizbajo y condenado, reconocía sobre su espalda torcida dos viejas cicatrices.

martes, 9 de diciembre de 2014

EL CICLO DE LA VIDA

  


   Es hora punta en el lugar. El tránsito de pulgas esquiva de forma previsible y en perfecto desorden una escueta versión vegetal de un bosque imaginario. Los transeúntes se mezclan y se evitan, los grandes se comen a los pequeños, la tierra es redonda y la vida un cálculo con el que poder hacer poesía.
Observo cómo la gota de agua palpita bajo el microscopio y cómo en esos dos milímetros de líquido caben el río al que pertenece, el mundo y todo el universo. 

Maria Fraile

sábado, 6 de diciembre de 2014

LOS HERMANOS

   La escena es de una belleza sin igual.
Sobre una montaña de escombros una rata va del punto A hasta el punto B sin que nadie detenga su vista en ella. La lluvia ha disuelto restos de materia putrefacta y les ofrece de nuevo el movimiento que alguna vez tuvieron en vida. Dentro de los bidones de metal donde los niños se refugian hasta que pase la tormenta, sigue lloviendo herrumbre y miseria aunque afuera la tromba ya haya amainado.
El paisaje es de una orografía banal, colinas fértiles, de basura, desde donde ver las puestas de sol; un riachuelo, tóxico, atraviesa el vertedero e inspira metáforas a los que nacieron poetas.
Hay carroña, peste, mugre y ausencia de futuro en los verbos.
Pero hay una niña que toma de la mano a un mocoso, le alza por encima del infortunio y le coloca una corona de papel de plata entre los piojos y los sueños.
Él se siente el rey del mundo.

GRACIAS A DIOS

   Estaban el caballero y su doncella bajo el dosel discutiendo si fornicar vestido era menos pecado que fornicar desnudo, cuando por la ventana entran dos truhanes, enmascarados, puñal en mano. El señor se bate y debate, por única lanza su verga dispuesta, mientras la dama clama a gritos piedad al buen dios, prometiendo vestirse la próxima vez que fornique.
En el forcejeo, el noble pierde dos dedos y una oreja, los bandidos huyen con una bolsa de monedas y una capa de lana fina. La mujer heroica narra victoriosa su proeza, cómo dios la salvó de una muerte segura gracias a la fuerza de sus plegarias. 


 

miércoles, 3 de diciembre de 2014

BONUS


 















    Lo malo de burlar a la muerte -me explicó Felipe- es que la vida continua contigo pero improvisando. No estaba previsto para ti ningún futuro.
Tras el susto, te quedas en medio de todo ese tiempo que no te pertenece, esperando que sobre algún destino ajeno que vivir.
Puede que de repente quieras ser funámbulo a pesar del vértigo con el que naciste o quieras comprarte una moto antes de sacarte el carnet de conducir. O cualquier otra boludez.
El nuevo tipo, el superviviente que eres, está desorientado y busca en el limbo de las oportunidades perdidas alguna que quiera llevarle a cualquier lado.
Quizás se te ocurra cruzar mares sin saber ni siquiera nadar-me dijo con el índice levantado, frunciendo el ceño-y así ver con tus propios ojos que no existe horizonte que no se escape.
Pero yo -terminó Felipe- yo, pude continuar mi vida donde la dejé, porque hasta entonces, no sé que carajo estuve haciendo, pero el día que la muerte vino a buscarme no me encontró en el camino.

Maria Fraile

(Relato premiado en la I Edición Abriendo Puertas 2014 en Guantánamo, Cuba)

lunes, 1 de diciembre de 2014

TEORÍA DE LA INVOLUCIÓN


   Esta es la triste historia de la extinción de los Pérez, familia que había sobrevivido con éxito a dinosaurios, pestes, guerras y hambrunas.    
Los Domingos el clan se reunía para compartir condumio, criticas y jugar a las cartas en casa de la matriarca. Esto sucedía desde siempre. Desde que los Pérez eran Pérez. En la mesa hablaban todos a la vez y las opiniones, lanzadas al aire, caían sobre el mantel o sobre los platos o alcanzaban alguna oreja disponible, pero siempre de forma aleatoria. Así nunca tuvieron problemas porque no había manera de darse por aludido, es lo que había hecho de ellos una familia unida. Poco a poco durante las comidas empezó a escucharse el ruido de los cubiertos, las palabras dejaron de flotar y se convirtieron en flechas certeras, de remitente a destinatario, sin que se quedara sin rumbo ni una sola intención. Los teléfonos móviles eran empuñados con pericia desde la abuela hasta el primo marxista y en estos duelos no quedó ni un solo lazo indemne. Es así como sucumbieron los Pérez, eslabones rotos adaptados a la era de la comunicación.

Maria Fraile



sábado, 29 de noviembre de 2014

BURN-OUT

   
   Comenzó desanudándose la corbata. Necesitaba de alguna manera deshacer el nudo que tenía en la garganta. Los verdugos también tienen días negros en los que les es difícil pasar el trago, días en los que la satisfacción de un trabajo bien hecho podría costarles la condena a muerte sino estuvieran del lado de la justicia.
Aquella tarde, Antonio se levantó sin haber pegado ojo, se tomo su café con leche sin gachas, se lavó con agua helada para ver si se trataba de un mal sueño y como no despertaba, se perfumó a la colonia de lavanda, para ir poniendo al reo en situación ya que iba a pasar una eternidad entre las flores del camposanto.
Cuando llegó a la prisión, la noche ya había caído. Las luces blancas del sótano se le antojaron al viejo una burla y un retortijón le hizo salir de allí antes incluso de haber entrado.
Sus dientes entrechocaban marcando los segundos como las agujas de un reloj, le temblaban tanto las manos que no acertaba ni a limpiarse el culo y con el estómago contraído por el miedo, Antonio maldecía a dios, a su madre y al pacto firmado con el diablo.
Habían pasado treinta años desde que salvó su pellejo a cambio de matar a otros.
Ahora que poco le importaba ya morir, las ejecuciones habían dejado de ser un trueque y las llevaba en penitencia como un cilicio.
La botella de coñac ya no le daba el coraje para pasar al garrote la vida del infeliz por la que salvaba la suya, bebía para embriagar su conciencia y llevársela engañada a la cama como si fuera una doncella.
Las seis de la mañana pasaron y a las siete el teléfono todavía no había sonado. Había que ejecutar la sentencia. Prepararon al prisionero que iba cubierto de orines y le llevaron tambaleante al patíbulo, Antonio le esperaba junto a la silla, ebrio. El sayón empuñó la manivela con determinación, dio vuelta y media y el cuello del joven cedió ante sus manos.
Entre los dos cuerpos que sacaron de la habitación la única diferencia era que uno respiraba y otro no, pero ambos estaban igual de muertos.
Antonio se puso en pie, cobró por el trabajo y todos le felicitaron por la precisión de la faena.
Esperaban no verle pronto.

Sentado en su vieja cama, en la decrépita portería de un edificio triste, el viejo se lleva las manos al cuello, sustituye la corbata que le ahoga por la cuerda ruda de una soga y encuentra, instantes antes de morir, el alivio de un trabajo impecable. Siempre fue un buen verdugo.
El aroma a lavanda inunda la habitación.

 
Maria Fraile

(Relato seleccionado para formar parte de la antología Palabras Contadas)

viernes, 28 de noviembre de 2014

LA SUPERVIVIENTE


Nunca salía de casa después de las nueve y nunca hablaba con extraños. Siempre apagaba el gas y cerraba la puerta con llave. Respetaba las dos horas de digestión. No bebía nada helado. No bebía nada ardiendo. No bebía nada de alcohol ni azucarado. Terminó por no beber. No comer. No hablar y no salir...y así moría salvándose de todos los peligros.

Maria Fraile
(Mención en el II Certamen de microrrelato "Realidad Ilusoria") 
http://page-realidadilusoria.blogspot.com.es/2015/01/fallo-del-ii-certamen-de-microrrelato.html

jueves, 27 de noviembre de 2014

UN MAL DÍA


      La apertura del museo se retrasaba. Las puertas del Louvre recibían las ráfagas de las cámaras digitales pero no cedían ni de un milímetro a pesar de los disparos. Mientras, la multitud esperaba minuto a minuto que la fortaleza cayera.
Dentro, frente a un pequeño cuadro, el director del museo, el restaurador jefe, el guardia de seguridad y una taquillera con dotes de psicóloga intentaban convencer a la Mona Lisa de hacer un pequeño esfuerzo y de volver a sonreír.
Cruzada de brazos, al fondo de la sala, asomada al cuadro, la joven no estaba de humor para escuchar más tonterías. El trato con Leonardo nunca fue convertirla en una mujer objeto.


Maria Fraile