viernes, 12 de diciembre de 2014

EL ÁNGEL CAIDO

   Al nacer la hija, el hombre se felicitó contando los deditos de los pies y de las manos, miniaturas tan perfectas.
La bella abrió los ojos y creó al padre. Dio sus primeros pasos . Balbuceó sus primeras palabras. Y un día, de la piel intacta de su espalda brotaron a borbotones plumas y plumas formando dos alas.
El hombre lleno de ira, seguro del engaño, puso a la niña en el suelo y humillado creó la niebla dejando a la hija sin padre y sin rumbo. La gente que lo veía pasar, cabizbajo y condenado, reconocía sobre su espalda torcida dos viejas cicatrices.

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