Los
domingos después de comer, tras la cabezada de rigor, la familia
sale a pasear por el canal. Casi todas las familias del vecindario
tienen la misma idea los domingos. El borde
del agua se llena de bicis con críos encima, equipados como para
participar en una justa medieval. También hay parejas que se cogen
de las manos y perros y más allá de la
orilla, cisnes que engullen mendrugos de pan con avidez y
desgana. Por debajo de los cisnes y del reflejo del cielo, las
aguas se vuelven turbias. Objetos, palabras y hasta muertos pueblan
los fondos del canal, también ellos pasean los domingos, siguiendo
como sombras a las familias a las que pertenecen y que ahora parecen
olvidarse de ellos.
Maria Fraile
Así es, todos tenemos en el fondo de nuestro estanque esos objetos (sobre todo inmateriales) que nos siguen como sombras.
ResponderEliminarMe alegra verte por aquí, Maestro Ximens! Bienvenido!...Este micro surgió tras pasar un par de días en un pueblo en el que la vida giraba en torno a su canal. El curso de agua era testigo de lo mejor y de lo peor de ese pueblo...y la imaginación da para mucho!! Abrazos!
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